Importantes conclusiones del nuevo marco reglamentario de la UE para las baterías
A principios de este año, analizamos ampliamente algunos proyectos de almacenamiento de energía en Europa que podrían contribuir de forma importante al futuro de la sostenibilidad energética. Nunca se podrá exagerar el papel que desempeñan las baterías en la consecución de los objetivos de neutralidad climática de la UE. Esta importancia se manifiesta en la proliferación de vehículos eléctricos (VE) en Europa. Según un estudio de 2021, Europa superará a China como líder mundial en la producción de vehículos eléctricos en 2030, lo que, según las previsiones, limitará considerablemente las emisiones de CO2 por kilómetro de la UE a 59 en 2030.
Dicho esto, los debates y análisis en torno a las baterías se centran con tanta frecuencia en los aspectos positivos asociados a ellas que rara vez se tienen en cuenta los aspectos negativos, a veces incluso se ignoran por completo.
Con la adopción mundial de la movilidad eléctrica, que se acelera a un ritmo espectacular, algo que preocupa es cómo el mundo se abastecerá de suficientes materias primas para las baterías que se utilizan en estos escenarios vehiculares sin crear impactos sociales, económicos y climáticos adversos en el medio ambiente que la solución pretende proteger.
Por ejemplo, una batería de iones de litio (Li-ion) de un coche de muestra podría contener unos 8 kg de litio, 35 kg de níquel, 20 kg de níquel y 14 kg de cobalto. Los metales mencionados son valiosos, y la composición porcentual de cada uno en una batería de coche es enorme.
Pongamos un momento en contexto estas preocupaciones. Se calcula que las baterías de iones de litio, por ejemplo, representarán la fabricación del 60% de los vehículos eléctricos en 2030. Por otro lado, la extracción de litio deja la tierra dañada y el aire contaminado.
Las regiones de Sudamérica en las que se extrae el litio son áridas, por lo que las comunidades locales que las rodean se alimentan de agua para sobrevivir. Sin embargo, la extracción de litio deja el agua contaminada e inservible. Para extraer una tonelada de litio hay que renunciar a unos 2,2 millones de litros de agua.
¿Más contexto?
El70% del cobalto del mundo procede de la República Democrática del Congo,un proceso tan corrupto que da lugar al trabajo infantil, a la ruina medioambiental y a la contaminación tóxica que provoca defectos de nacimiento en la población inmediata.
Entonces, ¿qué propone la UE para combatir estos retos?
El 10 de febrero de 2022 fue quizás el día en que estas aprensiones se vieron brevemente satisfechas con algunas propuestas revolucionarias que podrían llegar a dirigir el curso del futuro:
El nuevo marco reglamentario de la UE para las baterías
La Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo aprobó su informe para revisar el marco normativo de la UE de 2006 sobre las pilas.
En cuanto a la sostenibilidad de las baterías, las nuevas propuestas pretenden imponer ciertos requisitos obligatorios:
- Normas sobre la huella de carbono
- Contenido mínimo reciclado
- Criterios de rendimiento y durabilidad
- Requisitos para la gestión del final de la vida útil
- Obligaciones de diligencia debida
- Seguridad y etiquetado
1. Normas de la huella de carbono
Según un estudio realizado por la Agencia Sueca de Investigación Medioambiental, un kWh de batería producido genera entre 150 y 200 kilogramos de CO2. Una interpolación de esto significa que la producción de 10 kWh de baterías generaría unas 2 toneladas de CO2, un resultado peligroso y contraintuitivo si se tiene en cuenta que el objetivo principal de las baterías de almacenamiento en Europa es avanzar en los objetivos climáticos de la UE.
La nueva posición de la UE al respecto
En el nuevo marco normativo de la UE para las baterías, la Comisión pretende garantizar que las baterías ya fabricadas lleven su huella para que los usuarios sean más conscientes de su impacto ambiental. Además, la comisión pretende garantizar que las nuevas baterías deben contener las cantidades mínimas de plomo, níquel, cobalto y litio.
Esta norma fomentará la transparencia respecto a las pilas existentes y sus peligros, al tiempo que limitará la producción de pilas a partir de materias primas no extraídas.
2. Contenido mínimo reciclado
Uno de los objetivos de la Comisión es imponer un contenido mínimo de baterías industriales y de vehículos eléctricos recicladas. A partir de 2030 deberá reciclarse al menos un 12% de cobalto, 85% de plomo, 4% de litio y 4% de níquel, y a partir de 2035 un 20% de cobalto, 85% de plomo, 10% de litio y 12% de níquel.
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El reciclaje adecuado de las materias primas utilizadas en la fabricación de las pilas restringe la extracción minera, que contribuye en gran medida a la contaminación ambiental.
3. Criterios de rendimiento y durabilidad
La UE propone que las pilas portátiles sean fácilmente extraíbles y sustituibles para facilitar su recogida contra el uso de segunda vida.
Además, la comisión estudia la posibilidad de dejar de utilizar totalmente las pilas no recargables para finales de 2030.
La aplicación de estas normas fomenta una mejor gestión de las pilas y los aparatos. Las pilas no extraíbles son perjudiciales para los aparatos y el medio ambiente (es decir, no pueden recogerse para evaluar su segunda vida útil).
4. Requisitos para la gestión del final de la vida útil
La UE pretende mejorar la eficacia del reciclado para aumentar la tasa de utilización de las pilas de segunda vida.
A partir de este objetivo, se han fijado los siguientes objetivos específicos:
- Los objetivos de recogida de residuos de pilas portátiles aumentarán hasta el 65% en 2025 y el 70% en 2030.
- Reciclar el 75% en peso de las baterías de plomo-ácido para 2025 y el 80% para 2030.
- Reciclar el 65% en peso de las baterías de iones de litio para 2025 y el 70% para 2030.
- Objetivos de recuperación de materiales del 90% para el cobalto, el cobre, el níquel y el plomo, y del 35% para el litio en 2025; del 95% para el cobalto, el cobre, el níquel y el plomo, y del 70% para el litio en 2030.
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La mejora de la eficiencia del reciclaje ayuda a reutilizar y refabricar las baterías industriales y de vehículos eléctricos para darles una segunda vida.
5. Obligaciones de diligencia debida
Las propuestas introducen un requisito de diligencia debida para los fabricantes de pilas en el abastecimiento de materias primas. A raíz de los datos anteriores sobre el abuso de los derechos humanos y el medio ambiente, los fabricantes de pilas deben cumplir con las obligaciones relativas al abastecimiento, el procesamiento y el comercio de las materias primas utilizadas para la fabricación de pilas.
Este control es necesario para mitigar las posibilidades de que se produzcan abusos contra los derechos humanos y el medio ambiente.
6. Seguridad y etiquetado
Para perfeccionar el uso y la manipulación seguros de las pilas, los fabricantes están obligados a etiquetarlas con la información necesaria, como la capacidad de carga, la vida útil, la presencia de sustancias tóxicas y los riesgos de seguridad.
Para ello, la UE exige que, a partir de 2026, cada batería tenga su código de respuesta rápida (QR), que servirá para acceder a su pasaporte de batería.
Este reglamento permitirá a los propietarios de baterías conocer los detalles relevantes sobre sus baterías y ejercer las medidas de precaución necesarias en materia de seguridad y gestión.
Conclusión
Las estadísticas pertinentes han demostrado que la fabricación de baterías de almacenamiento plantea una dosis suficiente de impactos desfavorables tanto para la humanidad como para el medio ambiente. Para garantizar que las baterías no se conviertan en los problemas para los que fueron creadas, hay que tomar medidas imperativas. Por eso se puede decir que el nuevo marco normativo de la UE para las baterías es un cambio de paradigma que, en 2035, habrá arrojado una amplia luz sobre las sombras que impregnan las baterías de almacenamiento.
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